sábado, 5 de febrero de 2022

La pederastia en la Iglesia IV

Se levantan las alfombras. ¿Y ahora que?

Una cosa si queda clara, y es que la Iglesia ya no es útil a la sociedad

 La creación de una Comisión en España para investigar los casos de abusos sexuales en la Iglesia durante los últimos 70 años, para que salga a la luz todo el escabroso y horrendo asunto de la pederastia, crea un procedente, que traerá consecuencias para el futuro de la Iglesia, en cuanto a respeto, credibilidad y autoridad moral. Centenares de miles de casos en el mundo, han propiciado que España se haya decidido a dejar al descubierto tan execrable práctica en una institución que debiera ser guía moral y espiritual del mundo y que se ha demostrado que su interior estaba corrompido. Esperemos que esta comisión de investigación no este politizada, porque se entorpecerá enormemente dicha investigación.

Desde que comenzaron a hacerse públicos los escándalos de los casos de Pederastia en el seno de la Iglesia, su credibilidad y autoridad moral ha caído hasta mínimos, que se reduce a grupúsculos fanáticos (véase: Opus Dei, Los legionarios de Cristo u otras sectas igual de fanáticas) y de aquellos que forman parte de la derechota rancia del país.

En poco tiempo, cientos de sacerdotes han sido condenados judicialmente por cometer delitos sexuales contra menores y un buen número de obispos han cesado de sus cargos al hacerse públicas sus conductas pederastas. La Iglesia esconde y minimiza este tremendo problema, pero no estamos ante algo puntual sino ante la consecuencia de sus graves errores estructurales.. Encubrir estos delitos ha sido una práctica habitual a lo largo de la historia en todas las diócesis católicas, para proteger al clero pederasta. La inmoralidad de los jerarcas de la Iglesia, ante este problema es bochornosa por no decir obscena y escandalosa.

La Iglesia es una institución que ya no tiene  influencia en los asuntos del Estado, ni en las familias, ni en los libre pensadores. Por mucho que quieran adoctrinar en los colegios religiosos de pago, en las zonas donde prima la pobreza y la ignorancia, no lograrán el seguimiento que esperan, ya que el conocimiento y la información que hoy se tiene, disipan las tinieblas y cualquier creencia en fábulas, cuentos  y falacias de una religión en la que se predica lo que de puertas para adentro nadie cumple.

Y ya no se trata de que a los sacerdotes y religiosos implicados se les juzgue mediante el Código Canónico o el Código Penal, o que se reparen las heridas de los centenares de miles de víctimas, ni siquiera si los Obispos o Cardenales asumen su culpa por el encubrimiento generalizado,  se trata de dilucidar si esta institución tiene utilidad o cabida en la sociedad de hoy, ya que  su actividad ya no es coherente con los tiempos actuales cuando carecen de credibilidad y autoridad moral, institución que por cierto todavía sigue teniendo cierto poder mediático entre las minorías de adeptos y fanáticos y conservando muchos de los privilegios y prebendas que el Concordato con el Estado español le otorgó en su día.

*Para los que le interese el tema, podéis leer el libro de Pepe Rodriguez, "Pederastia en la Iglesia Católica

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