Todos conocemos la miseria, el hambre, las purgas y persecuciones que conllevo el comunismo en sus diferentes etapas a lo largo de su historia.
Hoy, "Podemos" nos retrotrae a aquellos tiempos de poder comunista, cuando la población se empobrecía y los dirigentes se enriquecían, con un sistema que lejos de igualar y distribuir la riqueza, lo que hacía era oprimir y perseguir, privando de libertad a todos los que no eran afines a sus teorías marxistas, que no dejaban de ser un timo y un engaño.
De eso hoy tenemos una nueva prueba. La Ministra de Podemos, "Belarra" (Derechos sociales y Agenda 2030) contrata una empresa privada, para cuidar la salud de los trabajadores de su departamento a pesar de que dispone de un gabinete médico de carácter publico para atender las necesidades medicas que se requieran en dicho departamento.
Los socio comunistas, siempre han presumido de la actividad de la empresa pública, de ampliar los servicios públicos para mejorar el bienestar social, pero a la hora de la verdad ellos (los dirigentes) siempre se benefician con lo mejor del sector privado. Una contradicción que demuestra el cinismo, la mentira y la farsa del sistema comunista.
Esto deja de forma clara y evidente los entresijos de lo que es la política y la de ciertos políticos, pero sobre todo de la burla cruel de un sistema socio comunista, que ofrece al pueblo medidas populistas, cuando encierran en su discurso, que todo va en pro de montar el chiringuito de los dirigentes, que tan solo aspiran al poder y la poltrona, haciendo de la política su forma de vida para vivir y enriquecerse a costa de ella. "Vomitivo".
En cuanto al homenaje a Henri Parot, el terrorista mas sanguinario y cruel de la historia de ETA, (37 asesinatos, entre ellos 8 niños y niñas), es una infamia que ningún gobierno que se precie debe permitir. ¿En que país vivimos, si homenajeamos a los asesinos? Esto es una incoherencia que no puede ser asumible por ninguna persona de bien, por ninguna sociedad civilizada y mucho menos por un Gobierno democrático, que representa y defiende los derechos humanos. Permitir este homenaje no deja de ser algo indigno, execrable, una abominación, que solo un gobierno en descomposición, que ha perdido sus valores y principios, podría consentir, por mucho que Sánchez necesite a Bildu para sacar adelante los presupuestos y seguir en la Moncloa.