lunes, 18 de octubre de 2021

POLÍTICOS: LOS VAMPIROS DEL SISTEMA

El arte de disfrazarse de servidores públicos.

Esta especie, ha existido a lo largo de la historia, pero actualmente el numero y la clase de vampiros en el país es abrumador. Estos viven a costa de las arcas del Estado, arcas que llenan los sufridos ciudadanos a través de sus impuestos y cotizaciones. Los vampiros modernos no chupan sangre, sino el dinero de los contribuyentes.

¿Pero como se llega a ser vampiro e ir prosperando hasta ser vampiro dirigente? Hay varias formas, los que escalan desde abajo y los que entran directamente por influencias de amiguismo, partidismo o influencer del partido, y claro me estoy refiriendo a la clase política, no al funcionariado civil que aunque también vampirizan las arcas públicas, lo han hecho a través de una oposición, que les garantiza un sueldo de por vida, aunque no aporten nada a la producción o enriquecimiento de la economía y del país, y no me estoy refiriendo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que cumplen una misión fundamental para el mantenimiento de la paz y la seguridad.

En todo caso, es importante saber como puedes llegar a ser un vampiro de primera.

Cuando empiezas desde abajo, lo primero te afilias a un partido y vas participando en tareas menores, eso sí no tienes que tener escrúpulos para apartar a todos los que te hagan competencia si quieres ir trepando en la escala del vampirismo moderno. Poco a poco y con el tiempo vas ocupando cargos de diferente relevancia hasta que te toca el turno de ocupar un puestecillo. Aquí es donde empieza la verdadera lucha a muerte entre los aspirantes a trepar, las puñaladas traperas, las traiciones y la astucia.

Del grado de astucia y felonía que tengas podrás ir trepando hasta que consigas un Cargo relevante y desde ahí luchar a vida o muerte contra los candidatos por la poltrona y el poder. Una vez llegas a la poltrona ministerial ya te has convertido en un vampiro de primera y es entonces cuando tienes que desarrollar tus dotes de embaucamiento con los ciudadanos, perfeccionar el arte del engaño y la demagogia, para convencerlos que de que te preocupas por su bienestar, unas veces concediendo alguna paguita social, otras un pequeño aumento salarial y otras con disposiciones legales que supongan un pequeño avance económico y social.

Si logras engañar adecuadamente el ciudadano te votará para que seas elegido representante, bien como Diputado, Senador o Presidente del Gobierno o de tu Comunidad. Una vez hayas logrado la poltrona, ya tendrás mano ancha para tener y conceder privilegios, nombrar a dedo a amiguetes para cargos públicos y rodearte de personas influyentes concediéndoles representaciones de organismos o entidades públicas. Ya serás un vampiro de primera.

Los vampiros de primera tienen el privilegio de partir y repartir poder y prebendas a su antojo, crear direcciones, asesorias, instituciones y despachos oficiales, todo a cargo de las cuentas y presupuestos del Estado.

Estos vampiros llegan a la política v para vivir y enriquecerse a costa de la política, administrando las cuentas del Estado de forma subjetiva, de tal forma que el resto de la sociedad, viva según sus posibilidades, bien por su trabajo o bien por sus negocios empresariales, estableciendo una sociedad de clases, donde unos viven como verdaderos sátrapas y la gran mayoría viva con penurias y no llegue a fin de mes, ni puedan pagar el alquiler, la carrera de sus hijos o los productos de primera necesidad, en incluso dejando que el poder económico (oligopolios) tengan libertad para marcar  abusivos precios (vs. Luz, agua, gas) o explotando a los trabajadores a través de los cuales se enriqueces, conformando una sociedad, donde las diferencias sociales son escandalosas y abismales y convirtiendo a la sociedad en una selva, donde el único ídolo que se adora el "El Dinero". Este es a todas luces un sistema fallido.

El actual sistema permite que estos vampiros creen sus propios emiratos donde han creado otros 27 gobiernos paralelos, estructurándolos en Autonomías, donde se han multiplicado el numero de vampiros desde los de primera clase, siguiendo por todos las demás escalas de vampiros, dirigidos por el Órgano Superior de Vampiros, incrementando en 2 millones el numero de los que se alimentan y viven extrayendo y chupando el dinero del las arcas públicas, "la sangre de los ciudadanos"

Pero hay otra clase de políticos (por desgracia en España, se cuentan con los dedos de la mano), son los políticos de Estado, los técnicos, aquellos que no vienen a vivir de la política, sino a servir a ls ciudadanos, desarrollando políticas que redunden en el interés general de todos los ciudadanos.

Si tuviéramos políticos de Estado, no se permitirían las desigualdades tan obscenas en nuestro país, no se permitiría que 8 millones de familias pasen penurias y no lleguen a fin de mes, no se permitiría que los oligopolios (eléctricas en este caso) abusen de los precios y condenen a 12 millones de familias a pasar frío este invierno, no se permitiría que 3 millones de ciudadanos tengan que acudir a los comedores sociales y lo que es peor que decenas de miles de niños sufran hambruna, no se permitiría que el 45% de nuestros jóvenes  sigan en el paro sin perspectiva de integrarse en el mundo laboral, mientras nuestroa abuelos tendrán que ir con cayado al trabajo con las nuevas medidas de jubilación.. Si tuviésemos políticos de estado no se permitiría tanto privilegio y mamandurria de los que gozan los vampiros de alto nivel, ni el despilfarro que supone la existencia de mas de 2 millones de funcionarios que sobran en este sufrido país.

Solo cuando los representantes del país, los gobiernos estén dirigidos por estos estadistas, España será un país próspero, moderno al igual que aquellos países europeos cuya economía les permite tener un nivel de vida digno, unos salarios justos y donde se cumplan las tres premisas del buen funcionamiento de un sistema: Igualdad, Fraternidad, Libertad.

Así que ya lo sabes ¿Quieres ser vampiro y vivir de puta madre a costa del Estado? llega a la política y conviértete en político.

SANCHEZ, EL TRILERO QUE PERDIÓ LA DIGNIDAD

  Cinismo político .  1.- ...